domingo, 9 de febrero de 2014

El equilibrio natural

En mi trabajo tengo una huerta aprovechando un rincón de un descampado muy amplio, también hago el compostaje con todos los restos de los jardines.
En la imagen del descampado se puede ver al fondo, en el rincón,  el montón de compostaje y la minihuerta detrás del deposito de agua.
En este terreno yermo a pesar del compactado de grava existente crecen algunas hierbas entre las que más destacan son la malvas por lo que  cada año por el mes de Octubre se desbroza para mantenerlo despejado.
Este año tras la debrozada se lleno la huerta de chinches de la malva arbórea (Pyrrhocoris apterus), también conocido como zapatero
Pyrrhocoris apterus

Estos bichos forman unos verdaderos enjambres, pero a pesar de atacar a algunas crucíferas como la coliflor, no me preocupo mucho ya que también son depredadores de otros insectos en ausencia de alimento, incluso se devoran entre ellos comiéndose a las crias de su propia especie.
Simplemente realicé un control manual cuando regaba la huerta y salían de sus escondrijos huyendo del agua.
Al empezar a brotar las nuevas malvas se han desperdigado por toda la explanada reduciéndose el numero de cada grupo, enjambre o colonia por decirlo de alguna manera.
A la vez que se dispersaron empezaron a acudir creo que todos los mirlos de la zona
y se pasan picoteando un buen rato en la zona que hay entre la huerta, el montón de compost y las nuevas malvas.
En mi trabajo hay dos parejas de mirlos que anidan cada año, pero en el solar se agrupan tantos que al principio pensaba que eran estorninos, que son parecidos de lejos pero mucho más pequeños.
La naturaleza actúa equilibrando las cosas. Si no hubiese el exceso de chinches zapateros no hubieran acudido los mirlos.
Es el hombre con sus actuaciones los que rompen los ciclos .
Cuando se fumiga un campo arrasa con todo tipo de insectos, los que forman la plaga y los que la controlan, cuando se vuelve a invadir de los que forman plaga no tienen el controlador natural.

Hay que tener en cuenta que los animales que forman la primera cadena trófica son mas prolíficos, se reproducen con más facilidad, que los depredadores .
Antes de la aparición de tanto veneno fitosanitario al pasear por el campo se veían mantis, mariquitas,  libélulas y un sin fin de insectos depredadores que ejercían el control natural manteniendo un equilibrio más o menos tolerable, con el tiempo han ido desapareciendo y las plagas son más intensas y por eso los agricultores llegan a hacer tratamientos preventivos cuando es probable que por la época del año y el desarrollo de las plantas se desate una proliferación de determinado insecto sin comprobar si es precisa o no, siendo esta menos efectiva con el porcentaje de eliminación de bichos indeseables pero prácticamente igual con los depredadores, formando un circulo vicioso que hoy en día sin los tratamientos es muy difícil controlar las plagas pero no imposible.
Si se aplican los tratamientos únicamente cuando es necesario, poco a poco los depredadores irán reapareciendo y cada vez será menos preciso realizar el tratamiento. Es un proceso lento pero necesario para recobrar el equilibrio natural que se puede acompañar de otros procesos para que las plagas no se reproduzcan tan rápidamente como es el fortalecimiento de la corteza de las plantas para dificultar su alimentación, que se consigue con un crecimiento más lento de la planta , cosa que el agricultor convencional no esta por la labor.
Pero la mayoría de los que leéis este blog sois hortelanos  de autoconsumo y por eso os invito a no aplicar ningún tratamiento innecesario de los que llaman preventivo,
A no usar abonos de empecimiento rápido ya que las plantas crecen con una corteza mas fina en la que los parásitos chupadores se alimentan mucho mejor y a mayor alimentación mayor reproducción.
AL MENOS A UN NIVEL PEQUEÑO PERO IMPORTANTE PODEMOS REGENERAR LA NATURALEZA